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domingo, 30 de enero de 2011

Juicios mediáticos

Dar la primicia no siempre es lo importante. La constante batalla de los medios de comunicación por sacar a la luz informaciones nuevas con la mayor brevedad posible provoca que en muchas ocasiones los hechos que éstos dan a conocer a la sociedad no sean del todo ciertos.

Un claro ejemplo de ello es el caso ocurrido en Tenerife hace dos años, cuando varios medios de comunicación atribuyeron a un joven el haber abusado sexualmente de la hija de su pareja y haberla maltratado físicamente. La pequeña, de tan sólo tres años, murió a los pocos días de haber sido ingresada en el hospital por una caída. Diego, así se llamaba el presunto agresor, fue acusado de asesino tras las especulaciones de algunos medios de comunicación que publicaron la noticia antes de contrastar la información. Finalmente, el juez declaró inocente al joven y aclaró que no sólo no había abusado de la pequeña sino que tampoco la había maltratado físicamente.

Uno de los principios fundamentales que los profesionales de la comunicación aprenden durante la carrera es que siempre hay que comprobar tanto las fuentes como la veracidad de la información, pero en muchas ocasiones la competición por ver qué medio da la primicia, hace que los comunicadores se salten el protocolo y no contrasten los hechos.

La cuestión está en si se puede confiar en todo lo que publican los medios de comunicación, esos mismos que crean la opinión pública de la sociedad, aquellos que informan sobre las mejoras que va a efectuar el Gobierno o las catástrofes que suceden en el mundo. Cada cuál que establezca su propio criterio.

sábado, 22 de enero de 2011

Palomares no olvida

Ha pasado casi medio siglo desde que un accidente aéreo marcara la historia de la pedanía almeriense de Palomares, perteneciente al municipio de Cuevas del Almanzora. Dos aviones norteamericanos sobrevolaban la zona cuando colisionaron entre ellos, provocando la caída de cuatro bombas radiactivas sobre la costa. Tres de estos artefactos fueron a parar a la playa y pudieron retirarse sin dificultad. El cuarto aterrizó en el agua, dónde permaneció durante décadas desprendiendo plutonio.

Los hechos sucedieron el 17 de enero de 1966. Ante el alarmismo que se extendió por toda España y los rumores que apuntaban a que la zona era peligrosa, Manuel Fraga, el que en su día fue ministro de Franco, posó para los medios de comunicación tomando un baño en la playa de Palomares con el objetivo de “dar ejemplo” y convencer a la población de que allí no se corría ningún peligro.

El incidente pudo haberse quedado en un simple rumor, sin embargo, estudios posteriores demostraron que el plutonio proveniente del cuarto artefacto contenía altos índices de materia radiactiva, gravemente perjudicial para la salud. El gobierno estadounidense se comprometió a tomar medidas al respecto pero a día de hoy los ciudadanos de este municipio almeriense siguen esperando una respuesta y alguien que se responsabilice de lo ocurrido.

Ahora, 45 años más tarde, la catástrofe de Palomares no pasa desapercibida ni para los habitantes de la zona ni para los medios de comunicación. Muchos almerienses viven inseguros, mientras que las autoridades intentan quitar hierro al asunto haciendo oídos sordos y prefieren pasar página ante un incidente que ha puesto en juego la vida de cientos de personas.

lunes, 17 de enero de 2011

CNN+: “está pasando, no lo estás viendo”

El canal CNN+ se apaga, se apaga para siempre. Tras las millonarias pérdidas económicas sufridas en los últimos tres años, la emisora de Sogecable pasa a ser sustituida por un canal que ni mucho menos se parece a lo que CNN+ tenía acostumbrados a sus espectadores, el canal 24 horas de Gran Hermano.

Después de 12 años de emisión continuada, el eslogan de la cadena informativa, “está pasando, lo estás viendo” deja de tener sentido. El día a día de veinte caras anónimas cobra protagonismo mientras que un equipo de 200 profesionales pierde su empleo. Así es la vida, miles de jóvenes invierten dinero y esfuerzo preparándose en las facultades españolas de Ciencias de la Comunicación para ver cómo les sale más rentable, una vez que acaban la carrera, entrar en Gran Hermano que intentar ejercer de periodistas.

Con el cierre del único canal temático de información con el que contaba la parrilla televisiva queda demostrado, una vez más, cómo los espacios de entretenimiento ganan terreno a la televisión informativa y cómo los intereses económicos de las televisiones privadas priman a la profesionalidad y el trabajo de los periodistas.

Sin embargo, no todo son malas noticias. Los amantes de los realitys están de enhorabuena. A partir de ahora y gracias al cese de la cadena informativa, la parrilla televisiva cuenta con un canal más, una televisión de “entrenimiento”, si es que se le puede llamar así, que muestra a los espectadores como la gente come, duerme o se ducha. Sin duda se trata de un gran descubrimiento para la humanidad. La pregunta es, si éste nuevo canal tampoco funciona, señor Vasile ¿va a crear un Sálvame 24 horas?.