Quedan dos meses para las elecciones generales del gobierno español. Otro año más, como cada cuatro, parece que los medios de comunicación solo tienen cabida para este acontecimiento. Guerras internacionales, hambre, pobreza y otros problemas sociales, se olvidan por unos días. Usamos el transporte público, encendemos la televisión, conversamos en el trabajo, hablamos con el vecino y solo hay un tema… las elecciones. Los medios de comunicación empiezan a introducirnos poco a poco en nuestra rutina las primeras campañas electorales. Ambos partidos políticos, pues hablo de los dos más influyentes, realizan meetings a diario recorriendo las principales ciudades del país. Las obras del centro de Madrid se agilizan para que la ciudad muestre su mejor cara el día de las elecciones. Enormes vallas publicitarias se divisan a ambos lados de las carreteras españolas, vota PP… vota PSOE... Promesas, promesas y más promesas por parte de los líderes políticos, que con un aire más renovado se presentan candidatos por primera vez a las elecciones generales del gobierno. Este año la competitividad entre partidos políticos es aún mayor que años anteriores pues llevamos ocho años gobernados por el mismo partido político y el país pide a gritos un cambio…
El despertador suena como cada mañana a las 08:30, aunque hoy he debido hacer un esfuerzo sobrehumano por salir de la cama. La pasada noche se eligió al nuevo presidente del gobierno y el trabajo en la redacción del periódico no cesó hasta altas horas de la madrugada. “Rocío quiero el artículo para dentro de 20 minutos, ¡hay que cerrar este número ya!”. Mi taza de café, mi tostada de aceite y jamón, un repaso a las últimas noticas publicadas en la web “¡joder, llego tarde al trabajo…!”.
Como era de esperar, en el metro no se hablaba de otra cosa, “el pueblo español está insatisfecho con el resultado de las elecciones”, en el trabajo una amiga me comentaba: “No entiendo como hemos podido llegar a esta situación, debemos ser tolerantes, pero de ahí a que un gitano sea presidente del gobierno…” ¿Que qué? ¿Un gitano? Si… están ustedes escuchando bien… nos encontramos en el año 2020 y por primera vez en la historia de España una persona de otra etnia llega a la cumbre de la política.
Vamos por la vida de tolerantes, de que no somos racistas, de que todos tenemos los mismos derechos, de que debemos integrar a estos colectivos, que en la mayoría de las veces se encuentran marginados socialmente… ¿pero ustedes creen que se podría llegar a esta situación en nuestro país? Yo sinceramente, pienso que no. No me considero racista, pero dudo mucho que un país como España, en el que aún hay gente que sigue viendo a los gitanos inferiores a nosotros, elija a uno de ellos como presidente del gobierno. Con este artículo no pretendo ofender a nadie, pues pienso que todos debemos tener los mismos derechos, que todos debemos tener las mismas oportunidades, pero por más que intentemos convencernos a nosotros mismos de que no marginamos a este grupo étnico, sabemos que la realidad es muy distinta. Como decía anteriormente si el pueblo pidiese a gritos un cambio… puede que éste fuese el más adecuado, quizás así se demostrara el grado de tolerancia que existe de veras en este país.
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